Estamos viviendo en una era de maravillas tecnológicas, donde una nueva revolución industrial es desencadenada por nuevos avances en ciencia y tecnología. El comienzo de la comunicación a larga distancia ocurrió en 1800 con el primer telégrafo electromagnético. La tecnología ha recorrido un largo camino desde entonces, brindando a la humanidad nuevas invenciones como teléfonos, computadoras, teléfonos móviles, internet y dirigiéndose finalmente hacia el Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial generativa. Internet ha revolucionado el mundo y los cambios tecnológicos sucesivos han permitido que los seres humanos ejerzan una mayor influencia sobre los recursos naturales. Esto, combinado con el crecimiento constante de la población, ha resultado en un uso más intensivo de materias primas, un aumento en la producción, una considerable disminución de los recursos y un aumento en las emisiones de dióxido de carbono. Al desarrollar nuevos productos, tendemos a olvidar la cantidad de energía que producen y consumen, lo cual está dañando gradualmente el medio ambiente.

Al mismo tiempo, la tecnología ha sido una bendición para la humanidad, permitiendo que las personas se conecten con otras personas y que los sistemas se conecten con otros sistemas situados a una distancia desconocida a través de medios digitales. No podemos imaginar un mundo sin móviles e internet. Por lo tanto, la necesidad del momento es construir soluciones donde la tecnología (representada por el color azul) desempeñe un papel clave para “ser verdes”. La esencia de la humanidad, la conciencia y la tecnología verde son fundamentales para la sostenibilidad. Existe una necesidad crítica de desarrollar prácticas y procedimientos que prioricen la conservación de recursos y la gobernanza ambiental, al tiempo que se intensifican los esfuerzos para descarbonizar la atmósfera.

Internet, como la innovación más radical de la era digital, ha transformado la comunicación, la conectividad, el acceso al conocimiento y las interacciones sociales. Aunque una única búsqueda en internet o un correo electrónico tienen una pequeña necesidad de energía, las emisiones acumulativas de CO2 y gases de efecto invernadero aumentan drásticamente con el uso global de internet. La huella de carbono de los dispositivos electrónicos, internet y los sistemas que los respaldan representan aproximadamente el 3,7% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. El IoT ha contribuido en gran medida a reducir el desperdicio de energía convirtiendo dispositivos normales en dispositivos inteligentes, lo que promueve la sostenibilidad ambiental mediante el uso optimizado de fuentes de energía convencionales, la reutilización de materiales y el reciclaje de productos, lo que reduce aún más los residuos y las emisiones de carbono. Está mejorando la calidad de vida al tiempo que promueve iniciativas de sostenibilidad ambiental. El IoT se puede combinar con tecnologías como inteligencia artificial, aprendizaje automático, visión por computadora, computación en la nube, nanotecnología y big data para desarrollar soluciones ambientalmente sostenibles para una vida mejor y más plena.

El hardware y el software utilizados para disfrutar de los beneficios de la tecnología también desempeñan un papel crucial en la conservación del medio ambiente. La concepción general se inclina hacia la fabricación de hardware de TI eficiente en energía y respetuoso con el medio ambiente para reducir las emisiones de carbono, pero menos personas saben que el software también genera emisiones de carbono. Los algoritmos y sitios web que se desarrollan son más dinámicos y afectan el consumo de energía del hardware. La TI verde implica la fabricación de dispositivos informáticos reciclables y eficientes en energía, protocolos de comunicación y arquitecturas de redes. Los Centros de Datos Nano son más eficientes en energía que los centros de datos convencionales.

La sostenibilidad en el software está emergiendo como un atributo de calidad. El diseño de software verde implica construir software con bajo impacto ambiental, funcionalidad reutilizable, junto con requisitos mínimos de recursos computacionales y de memoria. El desarrollo de software verde abarca todo el ciclo de vida del desarrollo de software y debe seguirse en cada fase para implementar la sostenibilidad en el software. El desarrollo de baja codificación (low-code), la codificación verde (green coding) junto con la monitorización automatizada de calidad del software están surgiendo como el paso obvio para los proveedores de tecnología para minimizar el consumo de energía del software. La elección del lenguaje, los modelos de IA y las técnicas de desarrollo de software también contribuyen al desarrollo de software más verde. Los desarrolladores deben centrarse en eliminar características no utilizadas e ineficiencias en el código, así como limitar la precisión computacional de las aplicaciones según las necesidades operativas y supervisar su consumo de energía en tiempo real.

Muchas organizaciones, como Microsoft, Accenture, GitHub y ThoughtWorks, por nombrar algunas, se han unido para abordar la crisis climática global y hacer de la sostenibilidad una prioridad principal entre los equipos de software, junto con el rendimiento, la seguridad, el costo y la accesibilidad. Han establecido colaborativamente la Fundación de Software Verde, una organización sin fines de lucro, para promover el desarrollo de software verde. Su enfoque principal es desarrollar software sostenible que reduzca las emisiones de carbono, así como herramientas y recursos para que los desarrolladores midan y gestionen el consumo de energía.

Las personas también podemos contribuir a la sostenibilidad siguiendo algunos principios simples:

  • Ahorrar energía para salvar el planeta. Apague las instalaciones que no se necesiten. Las personas tienden a usar videos en línea para quedarse dormidos, lo que genera una demanda innecesaria en los centros de datos y daña el clima.
  • Envíe solo los datos necesarios, ya que la transmisión de datos, especialmente los videos en streaming, consume mucha energía. Una llamada de un minuto desde un teléfono móvil tiene una huella de carbono ligeramente mayor que enviar un mensaje de texto, pero las videollamadas por internet tienen un impacto de carbono sustancialmente mayor.
  • Elimine los correos no deseados, ya que los correos antiguos también emiten una pequeña cantidad de carbono. Por favor, deje de enviar correos innecesarios de “gracias”. Esto ahorraría una gran cantidad de energía acumulativamente.
  • Reduzca la resolución de las imágenes en la pantalla de una aplicación móvil con una gran cantidad de usuarios para ahorrar mucha energía.

Haz que las personas a tu alrededor sean conscientes de estas prácticas ecológicas. Es importante crear conciencia para iniciar acciones a nivel individual y difundirlas entre las personas y las organizaciones. Disfrutemos de la tecnología de manera juiciosa y construyamos un planeta sostenible y más verde para nosotros y las futuras generaciones, para vivir una vida saludable y inteligente.

Escrito por la Dra. Anubha Jain, directora de la Escuela de Ciencias de la Computación e Informatica de la IIS University – Jaipur (India)